La vitamina C (ácido ascórbico) es a menudo la primera opción en momentos de fatiga y cansancio. Los glóbulos blancos, que forman la primera línea de defensa de nuestro sistema inmunológico y atacan a los micronutrientes dañinos. La vitamina C contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso, ayuda a dismininuir la fatiga y el cansancio y mejora la absorción de hierro. Increíble, ¿verdad? Pero tiene una trampa. La vitamina C no la puede producir el cuerpo por sí mismo, ni siquiera puede almacenarla. Por lo tanto, debemos complementarla constantemente, por ejemplo, con frutas (como grosella negra, espino amarillo, rosa mosqueta, acerola, etc.) o, para algunos, sorprendentemente, con verduras (hay una alta proporción de vitamina C en las coles de Bruselas o el brócoli). O puedes elegir algun producto con una proporción de vitamina C adecuada, que siempre puede tener en su botiquín.
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La planta del futuro o el cítrico del norte, así se le llama al espino amarillo (Hippophae…